El día 9 de mayo de 1950 el entonces ministro de asuntos exteriores de Francia, Robert Schuman, pronunció un discurso en el que, todavía con las heridas de la II Guerra Mundial abiertas en todo el Viejo Continente, abogaba por la creación de una comunidad franco alemana basada en el acero y el carbón. La idea, que proponía desde ese mismo momento ir incorporando más países en el futuro más inmediato, fue bautizada como la Declaración Schuman y es considerada como el germen fundacional de lo que poco después pasaría a denominarse la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (que englobaba a Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos) y que, tras la firma del Tratado de Roma en 1957 se convirtió en la Comunidad Económica Europea (CEE), en 1992, con el Tratado de Maastricht pasaría a denominarse Comunidad Europea (CE) para, finalmente, dar paso a la Unión Europea (UE).

Fue ya en 1985 cuando el Consejo Europeo estableció el 9 de mayo como el Día de Europa, una jornada que sirve para reflexionar sobre lo mucho que el Viejo Continente y, en especial, los países miembro de la UE han avanzado en una enorme variedad de campos que, en mayor o menor medida, afectan al día a día de más de 500 millones de personas y que, entre otros muchos reconocimientos, fue merecedor del Premio Nobel de la Paz en el año 2012.

En todo este tiempo l’Alfàs del Pi se ha convertido en uno de los municipios que mejor pueden representar los valores que promulga, defiende y han servido de base para la construcción del proyecto europeo. Un territorio que, durante las últimas décadas, ha ido recibiendo a personas provenientes de todos los rincones del mundo que han acabado haciendo de este municipio su hogar. Un lugar en el que nada importan el origen, la lengua o cualquier otra condición que pudiera diferenciar a unos de otros y que ha sabido hacer de la diversidad su propia seña de identidad. Un enclave que ha sabido aprovechar todo lo bueno que todas esas influencias venidas de más allá de los Pirineos han traído para incorporarlo a su propia cultura y tradiciones y, a la vez, aportar todo su propio legado histórico a aquellos que, durante este tiempo, se han asentado allí y se han hecho alfasinos.

Por ello, el Día 9 de mayo ha vuelto a ser conmemorado en l’Alfàs del Pi con un acto institucional, en el que se han dado cita representantes de la práctica totalidad de colectivos de la vida social alfasina, en el que el Vicente Arques ha asegurado que para él “es un honor ser el alcalde de un municipio que representa y ejemplifica todas esas características históricas y sociales” y que “ha crecido, de forma paralela a la propia Unión Europea, hasta convertirse en un claro ejemplo de multiculturalidad”.

El primer edil no ha querido desaprovechar la oportunidad para recordar “a todas las personas que residen en l’Alfàs que para que ese crecimiento siga el mismo camino como hasta ahora, es necesario que formalicen su empadronamiento”. Una vez finalizado el acto institucional, los asistentes han podido disfrutar de un recital a de un trío de cuerda del Conservatorio de Altea.