Cantadores y danzantes ensayan pocas horas antes de que la Plaza Mayor de l’Alfàs acoja, este viernes a las 21.30 horas, la celebración de Les Copletes a la Verge del Dolors, una de las citas festeras más antiguas de la comarca de la Marina Baixa.
Paco “el xirimiter” es el responsable de dirigir las clases de canto y baile “para no perder nuestras raíces”, apunta la concejala de fiestas del Ayuntamiento de l’Alfàs, Marisa Cortés, una persona muy implicada con la recuperación y conservación de las tradiciones del municipio. De hecho es una de las cantadoras de la noche del viernes, junto a Joaquín Such; Gabriel Such; Gerard Tomás y Antonella Llorens, junto a Pepe Aznar y Ximo Ródenas, el dúo que este año será el encargado de abrir el acto con el canto del romance.
“Les Copletes a la Verge dels Dolors” eran las plegarias, cantadas por la gente del campo, en agradecimiento por las cosechas recogidas durante el verano. No existe documentación que date con exactitud el nacimiento de estas fiestas, pero todos los indicios apuntan a que se trata de una de las manifestaciones populares más antiguas de toda la comarca. Una tradición ancestral, que se perdió durante la posguerra. Silenciada durante décadas, se recuperó en 1987, a iniciativa de los mayorales del año anterior. La melodía pudo ser recuperada gracias a la memoria de los mayores del pueblo, que recordaban haberla cantado de jóvenes. El romance y las coplas se conservaban escritos a mano en un folio. Una tradición que ha pasado de generación en generación. Les Copletes son fiestas más remotas que, por ejemplo, les Albaes, mucho más profesionalizadas, interpretadas por cantadores con voces más cuidadas, a ritmos más ajustados, de ahí el valor añadido de estas fiestas alfasinas.
Les Copletes comienzan con un poema introductorio o romance, seguidamente se declaman dos oraciones de contrición, y a continuación, los cantadores interpretan las 49 coplas que culminarán con las danzas típicas alfasinas, iniciadas por las reinas y damas de las Fiestas Mayores de l’Alfàs, y a las que pueden sumarse cuantos danzantes quieran. Y como colofón, como es costumbre, habrá una degustación de mistela y dulces para todos los asistentes.