Aunque el mundo se haya detenido, la naturaleza sigue su curso. Aunque hayamos dejado atrás el invierno y hayamos entrado en la primavera, la monotonía del confinamiento puede darnos la impresión de que nada cambia. Desde la concejalía de Medio Ambiente proponemos hacer un ejercicio de meditación. Desde el confinamiento de nuestras casas podemos comprobar como la vida sigue, simplemente mirando por la ventana y observando aquellas cosas en las que, igual y hasta ahora, no nos habíamos fijado.

Para empezar el aire esta más limpio. Es lógico. La reducción en tráfico se nota en la brisa y en el paisaje, hay menos coches circulando y acumulación de gases contaminantes por la autopista y la carretera nacional que atraviesa nuestro municipio. La drástica reducción en vuelos y la reducción en la actividad industrial también contribuye a la calidad del aire, aunque estas reducciones se notan más en las ciudades como viene reflejado desde hace unos días en imágenes obtenidas vía satélite por parte de la NASA o de la Agencia Aeroespacial Europea. Esa mejora en la calidad del aire ha traído mayor número de insectos polinizadores. Estamos viendo más abejas y la aparición de las primeras moscas que nos acompañarán hasta después del verano. Pronto vendrán los mosquitos. Estos días hay más casos de avistamiento de luciérnagas en el municipio, supongo que debido a la reducción de contaminación lumínica producida por los coches y algunas señales de neón, aunque también puede ser por los paseos nocturnos para pasear a mascotas. También la instalación de luces LED en las calles hace unos meses ha contribuido a la reducción de la contaminación lumínica.

Con los insectos, llegan las aves migratorias. Las golondrinas vuelven a aparecer, preparadas para crear las maravillas arquitectónicas que suponen sus nidos, instalados en cornisas y repisas. Estos nidos están protegidos por ley, igual que los nidos de los vencejos. Vemos los gorriones volar en bandas y ocupar árboles enteros, siendo detectables por sus “conversaciones” a todas horas. Las tórtolas siguen volando en parejas y comprobamos un mayor número de mirlos concentrándose en las urbanizaciones cercanas al casco urbano, con su característico plumaje negro y pico amarillento. Su canto también nos acompaña hasta altas horas de la madrugada.

Las gaviotas se adentran tierra adentro buscando comida debido a la reducción de basura en las costas y de la escasa actividad pesquera de estos días. En el parque natural siguen siendo visibles las perdices y las palomas torcaz. Lo que se ve menos son las aves rapaces como gavilanes o cernícalos suponemos que debido a la abundancia de pequeñas aves a las cuales depredar con la llegada de la primavera.

La contaminación acústica también influye a la hora de ver aves y otras especies en el municipio. El descenso en el tráfico no solo beneficia el aire que respiramos si no que también baja los niveles de ruido a los cuales se somete el entorno natural. Puede que esta sea la razón por la que se ven más ardillas jugando en las zonas arboladas del municipio. Por las noches aparecen los primeros erizos con sus crías, cruzando las calles desiertas del pueblo en busca de comida.

También se ha visto alguna culebra tomando el sol en medio de las carreteras vacías de tráfico estos días junto a las lagartijas que cada vez se dejan ver más, aparecen las primeras salamanquesas merodeando cerca de las luces de los patios y a las entradas de las casas. La naturaleza no se detiene a pesar de que el mundo se haya parado para los humanos.

Los delfines en la Bahía de Altea se están dejando ver aunque pocos ojos hay en el agua estos días. Igual no nos paramos a pensar en ello pero los delfines habrán notado el descenso de actividad en el mar estos días. En las semanas anteriores a la declaración del estado de alarma ya se podían ver decenas de barcos navegando por las aguas del parque natural. Ahora mismo solo navega el barco de vigilancia del parque natural y algún pescador artesanal. El descenso en la actividad marina tendrá sus consecuencias en la fauna marina pero serán imperceptibles para los usuarios de las playas y calas este verano. Lo que notaremos es la sensación de libertad que nos va a aportar el parque natural cuando volvamos a poder disfrutar de sus sendas y calas.

Podemos encontrar en internet imágenes de todos los animales que hemos citado, propongo que intentemos documentar y catalogar los que podamos. En caso de duda, podéis mandar un e-mail al departamento de medio ambiente y os ayudaremos a identificar la especie que hayáis observado. Últimamente estamos recibiendo correos electrónicos de personas que buscan identificar flores e insectos que se encuentran en sus jardines, entre las flores destacamos las preciosas orquídeas que se pueden observar en flor por estas fechas y que, debido a su variedad, son más difíciles de identificar.

Para terminar nos gustaría resaltar que la naturaleza es mucho más resiliente de lo que pensamos. Los animales resisten muy bien la adversidad y no tienen tantas necesidades como los seres humanos, lo que nos hace plantearnos ¿qué necesitamos realmente? Muchas veces nos encontramos preocupándonos innecesariamente por los animales y no tanto por nosotros mismos o nuestros vecinos. De la situación en la que nos encontramos saldremos más fuertes y más unidos que nunca, como personas y como seres vivos. Darwin citaba “no es el más fuerte, ni el más inteligente, de la especie el que sobrevive si no aquel que mejor responde al cambio” y, en estos tiempos de cambio, todos y todas sabremos responder, como la naturaleza misma.