El próximo martes 5 de diciembre el Hogar del Pensionista acogerá un día de convivencia intergeneracional, un proyecto impulsado por el CEIP Veles e Vents que cuenta con el respaldo y la colaboración de la concejalía de Relación con Colectivos y del Centro de Estimulación Temprana y Acuática de l’Alfàs.

Este proyecto se marca como principal objetivo fomentar el intercambio de experiencias entre los mayores y los niños, en un entorno de respecto y tolerancia, un encuentro que sirva de complemento educativo y que se basa en la experiencia y los conocimientos que nos pueden transmitir los mayores.

La edil de Relación con Colectivos, Marisa Cortés, ha presentado hoy la iniciativa junto al director del CEIP Veles e Vents, Julián López, y al coordinador de los talleres saludables para mayores que se imparten en el Hogar del Pensionista, José Luis León.

“Es una propuesta que nos hace el equipo directivo y docente del colegio Veles e Vents y que nos ha parecido tan interesante que queremos trasladarla al resto de centros educativos del municipio”, ha declarado Cortés.

Este primer día de convivencia intergeneracional pondrá en contacto a los alumnos de 5º de Primaria del CEIP Veles e Vents con las personas que asisten a los talleres saludables para mayores que desarrolla el Ayuntamiento de l’Alfàs. Durante la mañana, desarrollarán juntos distintos talleres, desde juegos tradicionales a cocina, acertijos y baile.

Desde la concejalía de Relación con Colectivos se ha aplaudido la iniciativa pues, de un lado, “permite impulsar el papel activo de las personas mayores y motivar su participación social” y, de otro, “promueve el conocimiento mutuo intergeneracional, tanto por parte de los mayores como de los niños”, ha subrayado Cortés.

Este tipo de programas intergeneracionales suponen grandes beneficios para ambos colectivos: los mayores experimentan, en el plano emocional , un aumento de su autoestima, reducen sus sentimientos de soledad y, a nivel cognitivo, se produce una potenciación de la memoria y de las habilidades sociales, aumentando las oportunidades de aprender de los más pequeños.

A su vez, los niños que interactúan con las personas de edad aprenden a valorar a sus mayores como fuente de sabiduría y experiencia y mejoran también sus habilidades sociales, especialmente la empatía y la tolerancia hacia lo diferente.