Las ediles responsables de las áreas de residentes, Marisa Cortés y de bienestar social, Vicenta Baldó, han mantenido esta tarde un encuentro con Jeanine Maas, agregada de asuntos sociales en la Embajada de Países Bajos en España para abordar la situación de los subditos holandeses que residen en l’Alfàs del Pi y que, con un número de 1.500 empadronados oficialmente -el número real es considerablemente superior- suponen la tercera colonia de residentes en el municipio alfasino sólo por detrás de británicos y noruegos.

Esta cumbre, que ha precedido a un encuentro de los representantes de la legación holandesa en España con sus compatriotas, ha servido para que ambas partes pudieran intercambiar datos y situaciones con la finalidad última de poder ofrecer un mejor servicio a los holandeses que residen en este enclave de la Costa Blanca.

Cortés, Baldó y Maas han coincidido en destacar que, cuando se aborda la cuestión de los servicios sociales que reclama el colectivo de holandeses de l’Alfàs del Pi, mayoritariamente formado por personas de edad avanzada, “el principal escollo radica en la necesidad de empadronamiento, un trámite que muchos residentes extranjeros, no sólo los holandeses, no realizan para no perder alguna prestación o beneficio en sus países de origen, pero que les impide ser atendidos por algunos servicios públicos en España”. Un problema, por otra parte, que tiene su piedra angular en la “falta de desarrollo e implementación de la ley de dependencia en España durante los últimos años”.

Vicenta Baldó, en cualquier caso, ratificó ante la agregada de asuntos sociales de la embajada de Países Bajos que “el nivel de demanda y de uso de los distintos servicios que se ofrecen desde la concejalía de bienestar social a la población holandesa es muy bajo en relación al número de residentes que sabemos que tenemos en l’Alfàs, que es significativamente superior a esos 1.500 empadronados de forma oficial”.

También se interesaron los miembros de la legación holandesa por las posibles problemáticas que pudieran surgir en torno a casos de aislamiento o inexistencia de redes de apoyo a personas de edad avanzada que pudieran necesitarlas, aunque en este caso, se valoró muy positivamente “la gran integración de la comunidad de residentes extranjeros en la vida diaria del municipio, algo que sin duda alguna ayuda a que no hayamos tenido constancia de problemas de esta índole en l’Alfàs del Pi”.