Una delegación del Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, encabezada por la concejala de Presidencia, Mayte García, participó este fin de semana en una nueva edición del festival Notas de Noruega, celebrado en la localidad burgalesa de Covarrubias. Este evento cultural, que fusiona la herencia noruega y española, ofreció durante tres días una completa programación de actividades que pusieron de relieve la cooperación entre territorios unidos por una historia compartida.
La presencia institucional de l’Alfàs del Pi, municipio hermanado con Covarrubias desde 2016, refuerza los lazos de amistad y cooperación que ambas localidades mantienen gracias a su profunda relación con Noruega. Mientras que Covarrubias honra la memoria de la princesa Kristina, l’Alfàs del Pi alberga la segunda mayor colonia de noruegos del mundo.
“Este festival demuestra cómo la cultura puede convertirse en un motor de cohesión entre pueblos. Participar en Notas de Noruega es también una forma de rendir homenaje al vínculo que une a nuestras comunidades, un lazo que va más allá de lo institucional y que se basa en el afecto mutuo y el respeto por la historia compartida”, señaló la concejala Mayte García.
Uno de los actos más importantes del festival fue la inauguración de la electrificación de la Capilla de San Olav, un proyecto impulsado por la Fundación Princesa Kristina, la Hermandad de San Olav y financiado por la Fundación Iberdrola. Esta mejora supone un avance significativo para la conservación y puesta en valor de este emblemático edificio, único de estilo vikingo en España y símbolo del legado noruego en la península. La capilla, situada en el Valle de los Lobos, rinde homenaje a la Princesa Kristina de Noruega, cuyos restos descansan en la Colegiata de San Cosme y San Damián.
Durante todo el fin de semana se sucedieron las actividades culturales, en las que participó activamente la delegación alfasina. El sábado tuvo lugar un concurso de pintura infantil inspirado en la figura de la princesa Kristina, seguido de un emotivo concierto a cargo de la cantante noruega Hanne Tveter y el pianista Jorge Vera. El domingo, se rindió homenaje a la princesa con una ofrenda floral y un concierto del conjunto Trío No Treble, que ofreció una cuidada selección de piezas clásicas y folclóricas noruegas.
Así mismo, los asistentes pudieron disfrutar de actividades para todos los públicos, como la exposición ‘Memoria helada’, centrada en el explorador Roald Amundsen y la historia polar, además de un mercado con productos noruegos, literatura y artesanía local.
Uno de los hitos más relevantes del encuentro fue la firma de un acuerdo de cooperación entre la Asociación de Caminos de San Olav (ACSOW) y la Asociación AGALSA, con el objetivo de consolidar las rutas de peregrinación y promover un modelo de desarrollo cultural y sostenible. Este acuerdo permitirá la incorporación oficial del tramo burgalés al Camino de San Olav y su inclusión en la Red de Itinerarios Culturales del Consejo de Europa, lo que supondrá un impulso al turismo y a la economía local.
En representación de Noruega participaron Guro Vistad y Hans Morten Løvrød, del Centro Nacional de Peregrinación; Steinar Larsen, director del Olavsfest; y Linda Hofstad Helleland, presidenta del Comité de Cultura, Investigación y Educación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. También estuvo presente durante todo el evento el embajador de Noruega en España, Lars Andersen, y la concejala de Presidencia del Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, Mayte García, junto al resto de autoridades locales encabezadas por el alcalde de Covarrubias, Raúl Gredilla.
Covarrubias y l’Alfàs del Pi: dos localidades hermanadas
Covarrubias y l’Alfàs del Pi están hermanadas desde 2016, una unión que nace del profundo vínculo que ambas localidades comparten con Noruega. En el caso de Covarrubias, la conexión tiene raíces históricas: es allí donde descansan los restos de la princesa Kristina de Noruega, hija del rey Haakon Haakonsson ‘el Viejo’, quien en el siglo XIII viajó a Castilla para casarse con el infante Felipe, hermano del rey Alfonso X El Sabio. La joven princesa, incapaz de adaptarse a la distancia de su tierra natal, falleció poco tiempo después. Su figura sigue despertando gran devoción en Noruega, y cada año más de un millar de peregrinos noruegos visitan su sepulcro en la Colegiata de San Cosme y San Damián, muchos de ellos recorriendo el Camino de San Olav.
Por su parte, l’Alfàs del Pi alberga una de las comunidades noruegas más grandes fuera de Noruega. Aunque oficialmente hay más de 2.500 ciudadanos noruegos empadronados, se estima que la cifra real supera los 8.000 residentes. Esta fuerte presencia ha contribuido a estrechar los lazos culturales, sociales y económicos entre ambos países, haciendo de l’Alfàs un referente de convivencia multicultural en la Costa Blanca.