Cerca de 600 estudiantes de los colegios Racó de l’Albir, Veles e Vents y Santíssim Crist del Bon Encert y del IES L’Arabí han asistido esta mañana a una interesante charla en la Casa de Cultura de l’Alfàs sobre el problema de las basuras marinas, los residuos sólidos elaborados por el hombre que, por diferentes causas, acaban abandonados en ambientes marinos o costeros.
Daniel Rolleri, presidente de la asociación Ambiente Europeo, se ha desplazado hasta l’Alfàs para desarrollar esta actividad, en colaboración con las concejalías de Educación y Medio Ambiente. Una iniciativa que busca educar a los menores en el respeto a la naturaleza.
Gestor de proyectos internacionales, Rolleri centra actualmente parte de su labor de concienciación medioambiental en hacer partícipe a la ciudadanía de la falta de sensibilidad con la problemática de las basuras marinas, con el fin de apelar a un cambio. En este sentido, la colaboración de los más pequeños resulta de vital importancia.
Las basuras marinas son un problema global tan importante como el cambio climático o la pérdida de biodiversidad. Cada año, más de un millón de aves y 100.000 mamíferos y tortugas mueren por enredo o ingestión de basuras marinas. El 80% de esos residuos tienen su origen en la tierra. La solución principal reside en prevenir que esto ocurra y no sólo en limpiar.
Rolleri ha destacado durante su intervención que la contaminación de los fondos y ecosistemas marinos son cuestiones que afectan a todos de forma global. Todo el mundo puede contribuir a poner freno a la situación actual.
Diez millones de toneladas de basuras llegan anualmente a mares y océanos, predominando los residuos de plástico. Para revertir esta situación, hay que desterrar la idea de usar y tirar, caminar hacia un modelo productivo basado en la economía circular, consumir de manera responsable y disfrutar de la naturaleza con responsabilidad, sin tirar colillas, envoltorios o cualquier otro residuo en la playa, los ríos o en el mar.
En cuanto a los productos higiénicos, siempre hay que depositarlos en la papelera, nunca en el WC. Los bastoncillos, toalllitas y similares causan daños y averías en la red de saneamiento y pueden acabar en el mar, causando graves problemas ambientales.