Tras el caso de éxito que ha supuesto la implantación en el IES y los tres colegios públicos del municipio del servicio de mediación escolar, 2017 supuso el arranque de un nuevo paso en este sentido. Fue entonces cuando el servicio de mediación salió fuera del ámbito educativo y, en colaboración entre las concejalías de educación y bienestar social, nació el servicio de mediación familiar que en 2019 afrontará su tercer año de existencia.
Para evaluar la marcha de este servicio y planificar su futuro más inmediato, se han reunido las ediles de educación y bienestar social, Isabel Muñoz y Vicenta Baldó con Raquel Guerrero, responsable del proyecto de mediación.
Las responsables municipales explicaban que “el servicio de mediación familiar nace como complemento al de mediación escolar que, recordemos, ha sido reconocido y premiado por el proyecto europeo Easy Towns y que ha demostrado una enorme eficacia a la hora de resolver y evitar conflictos en el entorno educativo tanto entre los propios alumnos como entre estos y otros miembros de la comunidad educativa”.
Así mismo, explicaban que “ante el buen funcionamiento del proyecto en los centros educativos, hace tres años apostamos por ampliar su radio de acción también al ámbito familiar, volviendo a mostrarse como una gran herramienta para evitar que pequeños conflictos degeneren en situaciones más peliagudas e, incluso, en el desamparo del menor”.
Por su parte, Raquel Guerrero explicaba que en la actualidad “el servicio de mediación familiar está tratando entre 4 y 7 casos al año. Se trata, principalmente, de conflictos que nacen de la convivencia diaria entre el menor y sus padres. Hay cuestiones más recurrentes que otras, como puede ser el tema del uso de las pantallas o la falta de comunicación”.