Como ocurre cada 10 de noviembre, la Procesión del Santísimo Cristo del Buen Acierto reúne en l’Alfàs del Pi a multitud de vecinos del municipio, y también otros muchos asistentes procedentes de pueblos colindantes, en el día más grande de las Fiestas.
A pesar del gentío congregado en las calles, el silencio se impone en la noche durante la procesión que transcurre por las calles del núcleo urbano, para romperse con la embajada en honor al Santísimo Cristo del Buen Acierto, recitada este año por la niña María Uriel Saval.
La devoción y el fervor por el Cristo del Buen Acierto son los ejes de esta jornada festiva, que moviliza cada año a más personas en l’Alfàs del Pi. En los actos litúrgicos, que han comenzado con la misa matinal y han finalizado hace escasos minutos con la procesión nocturna, han participado junto al párroco local, Miguel Ángel Schiller, una delegación de sacerdotes llegados de Caravaca de La Cruz, población murciana que este año celebra su año jubilar.
El castillo de fuegos a cargo de la pirotecnia Ricassa y la actuación de la Poptelera, como tributo al mejor pop de los años 80 y 90, ponen el punto y final a las Fiestas Mayores de l’Alfàs.