Este año tan particular en l’Alfàs del Pi celebramos, que a pesar del turismo, del desarrollo urbanístico y de la especulación, decidimos que una pequeña porción de la Sierra que nos protege del Levante fuera preservada.
Desde entonces y con la inestimable colaboración de lo que hoy es la Consellería de Agricultura , Desarrollo Rural , Emergencia Climàtica y Transición Ecológica, y de los Ayuntamientos vecinos de Altea y Benidorm, se ha conseguido que los únicos beneficiarios de este espacio natural fuesen los millones de visitantes que en estos 15 años han tenido la oportunidad de conocer la Serra Gelada como el Parque Natural libre de la mano del hombre y tal y como era casi desde el mismo día en el que se decidió declararlo Parque Natural Marítimo Terrestre.
La política de conservación y recuperación de espacios como la Serra Gelada, o la Cantera, y abrirlos a visitantes y habitantes es la forma que la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi ha escogido para este Día Mundial de la Tierra que hoy celebramos.Una celebración especial en un año especial, en el que la naturaleza nos ha enseñado que si somos capaces de parar o relentizar los efectos de nuestra frenética actividad seremos capaces de mejorar nuestro entorno.
En esta ocasión el Día Mundial de la Tierra lo celebramos dentro de un periodo en el que todo se ha detenido, permitiendo que la naturaleza siga su curso.
Desde la concejalía de Medio Ambiente proponemos hacer un ejercicio de meditación. Desde el confinamiento de nuestras casas podemos comprobar como la vida sigue, simplemente mirando por la ventana y observando aquellas cosas en las que, igual y hasta ahora, no nos habíamos fijado.
Aire más limpio o reducción de contaminación acústica, son solo algunos de los beneficiosos efectos que notamos a diario. Otros, menos apreciables pueden ser, ver en la Bahía del Albir más familias de delfines de lo habitual en estas fechas y comprobar que el mar está más trasparente y limpio, y la sierra cuenta con una mayor población de pájaros y de insectos.
Con todos estos efectos positivos en l’Alfás del Pi se trabaja cada día por preservar el pequeño trocito de planeta en que vivimos y que compartimos.