El embajador de España ante la Santa Sede, Gerardo Bugallo, aplaude el arte de la Coral de l’Alfàs tras su actuación dentro del Palacio, y en la Plaza de España. Horas antes, en la Iglesia de San Carlo alle Quatro Fontane, Fray Pedro Aliaga, felicitaba a la delegación alfasina “un pueblo al que nos une un vínculo muy estrecho, el fervor y cariño al Cristo del Buen Acierto”, cuya talla fue donada a la ciudad por el fraile carmelita y alfasino Pascual Baldó.

Tras una visita guiada por el Palacio Monaldeschi, edificio que alberga la Embajada de España ante la Santa Sede, y da nombre a la famosa plaza romana, el embajador Gerardo Bugallo ha ofrecido junto a su esposa Ana María Beret, y personal diplomático, una calurosa recepción a la delegación alfasina desplazada hasta Italia, presidida por el alcalde, Vicente Arques, y las concejalas Marisa Cortés y Dolores Albero, junto a la Coral Polifónica “l’Alfàs Canta” integrada por cuarenta voces, con Alfredo Arija y José Antonio Rubio al frente como presidente y director.

Con un concierto desde el mismo balcón del Palacio, y la actuación estelar en la Plaza de España de la pareja artística formada por Concha y Jorge como broche del viaje, ha culminado la estancia de la coral local durante tres días en Lucca y Roma, despertando a su paso las emociones más profundas de todos los presentes, como señalaba el embajador, agradecido por la sencillez y la capacidad de la coral local de transmitir, a todos los presentes, su ilusión.

Si la Embajada de España, la más antigua del mundo, es una joya arquitectónica con una escalinata realizada por Borromini, y dos bustos de Bernini “El alma beata” y “El alma condenada” catalogados por los expertos como únicos por su perfección, no menos extraordinario ha sido el escenario donde horas antes cantaba la coral, en la Iglesia de San Carlo alle Quatro Fontane, y en el claustro del convento de la Orden Trinitaria Española, construido en el Monte Quirinal. Diseñada por Borromini, es una de las piezas maestras de la arquitectura barroca. Fray Pedro Aliaga, ministro del monasterio, entregaba a la Coral de l’Alfàs, tras su intervención, un diploma sellado en agradecimiento “por habernos traído la alegría, el arte y la luminosidad de nuestra tierra”. Iglesia y convento de propiedad española “donde nunca antes se ha visto nada igual”, reconocía el padre Pedro Aliaga, unas voces que “nos han removido algo muy dentro de nosotros”. Una actuación que contaba igualmente con la presencia del embajador Gerardo Bugallo.

El alcalde de l’Alfàs del Pi, Vicente Arques, ha agradecido el trato cercano y cálido dispensado desde el primer momento, tanto por parte del Embajador y personal diplomático, como del padre Pedro Aliaga y la Orden Trinitaria a la que representa, como de la Fundación de la Banca Italiana de Lucca. Sencillamente “nos han hecho sentirnos como en casa”. Al mismo tiempo ha felicitado a todos y cada uno de los integrantes de la Coral Polifónica “l’Alfàs Canta”, un equipo de amateurs con un mérito extraordinario “que nos han ganado a todos” de la mano de su director José Antonio Rubio y presidente Alfredo Arija. En este punto hay que decir que alguno de los miembros de la coral no ha podido viajar, y la concejala Marisa Cortés se ha sumado gustosamente al equipo.

La pareja artística de baile español, Concha de Madrid, y Jorge de Argentina, complemento de la Coral Polifónica “l’Alfàs Canta”, se han encargado de cerrar apoteósicamente cada concierto, contagiando a los presentes su pasión y garra, una auténtica sorpresa que se ha metido al público en el bolsillo con su impresionante zapateado español.